
Ya llevamos como 31 prórrogas del estado de excepción.
Previo a presidente, Bukele era un empresario publicista. Sabe los algoritmos de cada red social.
El FMNL no está haciendo oposición y su dirección no es un referente para el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular.
El 60% del presupuesto es del Ministerio de Defensa y Seguridad. Bukele se está asegurando una fuerza militar.
El Salvador se ha convertido en la finca de los Bukele.
En Nuevas Ideas han construido un castillo de naipes que se les va a derrumbar porque están idolatrando a una persona, pero no hay convicciones, no hay proyecto político.
Ivania Cruz es una abogada salvadoreña, defensora de los Derechos Humanos, de gira por el País Vasco por invitación de la ONGD vasca Mundubat. No es la primera vez que nos visita. La anterior fue en 2021, pero en un contexto muy distinto, pues su hermano había sido encarcelado por cuestiones políticas y fue invitada, también por Mundubat, por su condición de familiar víctima. Tras una larga lucha judicial de dos años, logró liberarlo. La visita actual, en cambio, la realiza como abogada activista de la Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios (UNIDEHC), que tiene un triple propósito: defender a las comunidades en desalojo, a las víctimas del estado de excepción y luchar contra la corrupción. UNIDEHC, a su vez, se encuadra en el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), un conjunto de 35 organizaciones en lucha por la defensa de los Derechos Humanos en El Salvador. En el plano institucional, ha aprovechado su estancia para reunirse con grupos de junteros de Gipuzkoa y para presentar su informe sobre derechos humanos en El Salvador ante la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Parlamento Vasco. Agradezco mucho a Ivania que me haya hecho un hueco en la repleta agenda que le ha preparado Mundubat para conocer su punto de vista sobre la situación actual en El Salvador.
¿Cómo se explica el punto de inflexión que ha supuesto Bukele en la política y la sociedad salvadoreña? ¿Sobre qué se ha construido esto?
Se ha construido sobre un modelo fascista. El Salvador se convierte en el experimento de un presidente millennial que te vende un modelo derechista y que trata de replicar en América Latina.
¿Y cómo se entiende que fuera alcalde de San Salvador con el FMNL (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional)?
Muy fácil. El FMLN se mantuvo con cinco fuerzas del país. El Partido Comunista le da la oportunidad a Bukele de que sea alcalde de Nuevo Cuscatlán, primero, y después de la capital. En medio de eso, se genera una situación muy disgustosa por la corrupción. El Partido Comunista estuvo envuelto en corrupción con Alba Petróleos, donde ahí gozaron con Bukele. Destruyeron el FMLN. La dirección del FMLN actualmente está gobernada por aliados de Bukele. ¿Les conviene mantener un FMLN vivo? Sí, para aparentar un pluralismo. La base del FMNL no está en conjunto con la dirección.
¿Podríamos decir que el éxito de Bukele se asienta sobre una práctica corrupta de dos partidos que se han ido turnando, como han sido ARENA y el FMLN, y que ello ha llevado al desencanto a la gente? ¿No es la crónica del fracaso de los partidos clásicos?
Tú, por medio de la tecnología, sabes qué percepción hay en tu pueblo y ese mismo discurso se lo vendas a la gente. ¿Por qué nosotros tenemos que creer todo lo que Bukele publica en su Twitter? ¿Cuál es la base de lo que él publica? Él mantiene un discurso de mentira. En la ONU Bukele ha dicho que no encarcelamos a nuestros opositores, pero tenemos 90 presos políticos. Dijo que le damos libertad a la mayoría de gente y que no encarcelamos inocentes, pero hay 30.000 inocentes en el régimen de excepción. Que los demás pandilleros paguen sus situaciones, sí, tienen que pagar. No estamos en contra de eso. Estamos en contra de que un régimen de excepción sea permanente y que no se respeten los derechos humanos.
¿Cuántas veces se ha prorrogado el régimen de excepción?
Uy, ya llevamos como 31 veces, ya dos años y el régimen es excepción solo se podía utilizar por 60 días y es una política permanente ahora.
Pero haciendo un poco de autocrítica, habrá que reconocer que Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén (presidentes del FMNL) defraudaron al pueblo, ¿no?
Sí y no. Sí en algunas cosas, pero no en otras. El problema es que no publicitaron todo lo que se hacía. Había 200 programas sociales que hicieron los gobiernos del FMNL. ¿Cuántos mantiene Bukele? Ninguno. ¿Cuántas escuelas ha hecho Bukele? Ninguna. ¿Cómo está el tema de salud? Nada. ¿Ha legalizado el bitcoin para lavar dinero? ¡Claro! Todo lo que tú ves es un exitoso marketing publicitario de un escenario cinematográfico
¿Cómo se explica, por ejemplo, que el candidato último, Hugo Martínez, venía de una situación en que el FMNL había logrado el 50% de los votos y con él no llega al 14,4%? Desde fuera, desde los que no conocemos esa realidad, cabe interpretarse como una enorme pérdida de apoyo popular y de hartazgo, probablemente.
Sí, fue una gran perdida de votos, porque esos votos se trasladaron a Bukele, por la misma traición de un dirigente. Por otro lado, están también las alianzas. Hay un momento estratégico que tú tienes que ver cuándo es sostenible una alianza y el FMLN la tuvo con un partido de derecha que al final se ha hecho cómplice de Bukele.
¿Qué partido?
GANA (Gran Alianza por la Unidad Nacional), el partido de Tony Saca. ¡Ojo con lo que yo te estoy diciendo sobre el tema de Bukele! No lo estoy diciendo desde una posición de pertenecer al FMNL. No soy del FMNL. Que mis orígenes vienen de ahí, sí. Pero yo estoy hablando como una activista de la izquierda política que pertenece a movimientos populares.
Insistiendo en la autocrítica, ¿no hay que preguntarse si el pueblo salvadoreño no está mirando para otro lado? En la manifestación del 15 de septiembre hubo 17.000 personas. No parece mucho. ¿Cómo puede explicarse un apoyo tan masivo a Bukele en las urnas?
Se puede entender fácil. Un gobierno terrorista gobierna con terror. El ganador en las elecciones no fue Bukele. Fue el ausentismo. Ese fue el mayor ganador. Él dice que le apoyó el 90%, pero no el 90% de un padrón electoral. Él impone una narrativa que cuando bajas a los datos no es así. El mayor ganador fue el ausentismo a costa de militarizar las comunidades para que no salieran a votar. ¿Cómo gana Bukele? Con el porcentaje de la diáspora, la que no vive en El Salvador, la que se alimenta del contenido que él vende. Además, en plena campaña está prohibido modificar el código electoral porque tú no puedes cambiar la base del juego electoral. Ellos lo hicieron.
¿Para poder ser reelegible?
Sí, el mandato de Bukele en esta segunda ocasión es inconstitucional. Siete artículos prohíben a Bukele que se reeligiera y se impuso.

¿Cómo impone su narrativa? ¿Qué medios utiliza? Porque él no es un líder de masas…
Pero sí de medios. Primero, él es un empresario publicista, previo a ser presidente. La impone con recursos estatales, con una campaña publicitaria increíble.
¿Pero qué redes utiliza?
Todas. Sobre todo, Twitter, que es su base de información. Pero utiliza todo: Twitter, Instagram, Facebook, Tik tok… Es el presidente de los medios de comunicación, de las redes sociales. Sabe los algoritmos de cada red social y sabe cómo viralizar una situación. Aparte de tener la inteligencia del Estado, cuenta con un equipo de hackers que son los que nos hacen espionaje a nosotros, a periodistas, a opositores. Siempre va un paso adelante por los recursos que tiene.
Entonces, ¿se puede convertir en un referente para el continente?
Claro, porque el fascismo va a avanzando. El problema de Bukele no es un problema de El Salvador y eso es parte de lo que me trae a mí en este viaje. El problema de Bukele es el modelo fascista.
Sin embargo, hay grabaciones de Bukele en las que él se autoproclamaba nítidamente como una persona de izquierdas.
Es que así inició, teniendo problemas con Estados Unidos para hacer alianza con China, con Cuba. Pero ¡ojo! ha estado en el evento de Trump, con Milei. Antes estaba en esa posición para generar alianzas de izquierda, progresistas. Muchos partidos lo han creído y es muy bueno manipulando su mensaje. Pero ahora está muy definida su ideología política fascista.
Sin embargo, en Nuevas Ideas ha incorporado cuadros tanto de ARENA como del FMNL. ¿Estamos en un continuismo de lo anterior o quizá él representa un nuevo estatus para El Salvador?
Son personas que han sido oportunistas, por intereses políticos o económicos. Ahora bien, actualmente Nuevas Ideas está en una disputa. Como hay una mezcla de todo, han construido un castillo de naipes que se les va a derrumbar porque están idolatrando a una persona, pero no hay convicciones, no hay proyecto político, no hay ideología política.
¿Cómo está en este momento el movimiento popular? ¿Está atravesando un momento de gran debilidad?
En 2021, sí. Estaba desarticulado, no había movimiento. El primer movimiento que se activa es el de los presos políticos. Pero ahora son 35 organizaciones que están dando la lucha diaria y además de forma independiente del FMNL. Hay que separar esas dos vías. La dirección del FMLN no es un referente que esté en coordinación con el Bloque.
¿El FMNL no está haciendo oposición?
No está haciendo oposición, no hay comunicados, no hay pronunciamientos, no hay una oposición en las calles. Quienes estamos dando la lucha diaria somos los movimientos populares, el Bloque. Y sí, estamos creciendo no solo nacionalmente, sino también internacionalmente por medio de todas las alianzas que estamos realizando.
Entonces, ¿se puede decir que la época de los partidos “turnistas” ha terminado ya?
Sí, se puede decir y lo digo con mucho cariño porque vengo de la izquierda, tengo mártires en el FMNL. Pero la revolución no es de romanticismo y hay un punto de quiebre que tenemos que superar. Estamos en una trascendencia generacional, aunque siempre con la juventud acompañada de la experiencia.
Bukele se marcó como una prioridad con la que, al parecer, ha encandilado al pueblo salvadoreño la seguridad en las calles. Ciertamente había un Estado fallido, un Estado que, pese a los cambalaches con las pandillas, no las pudo controlar. Una vez que él presenta ya como un éxito esta primera parte relativa a la seguridad, ¿está planteando algún tipo de programas que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía, que mejoren a las comunidades?
Nuevas Ideas ni siquiera ha formulado ese siguiente paso. En el presupuesto del 2025 hace una eliminación de 4.000 plazas de salud y lo mismo con educación, pero el 60% del presupuesto es del Ministerio de Defensa y Seguridad. Bukele se está preparando porque sabe que la represión está llegando un punto muy clave y él está asegurando una fuerza militar.
¿Cómo consigue Bukele pasar de una primera presidencia en la que no controlaba todos los poderes del Estado a dar el salto y hacerse con la judicatura?
Por populismo. Bukele llega a la presidencia y le comienza a tirar culpa a la Corte Suprema de Justicia, a la Asamblea, diciendo que le habían escogido pero que no podía gobernar así, que necesita la mayoría… Vende un discurso como ese y le dan la mayoría de los diputados y esa es la llave del control de todo el Estado. Al tener la mayoría de los diputados dan el plumazo a la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal y todas las instituciones de segundo grado van por esa vía.
Has hecho una referencia a ese conjunto inmenso de salvadoreños en Estados Unidos, que son la primera fuente de divisas del país. ¿Qué relación mantiene Bukele con ellos?
Bukele con la diáspora ha hecho una estrategia muy clave: crear Nuevas Ideas en la diáspora, lo que le genera una gran fuerza. La gente estaba cansada de los partidos tradicionales. Generan economía con las remesas y ello los hace sentirse importantes. Sentían que habían sido olvidados por los partidos anteriores. Hace reformas para que el voto en el exterior valga más que el voto nacional. Así que Bukele logra consolidar una relación con los grupos de la diáspora. Y es la diáspora quien le da la victoria.
¿Por qué dices que vale más el voto del exterior?
Porque una persona podía votar de tantas maneras… Podía votar con DUI vencido, podía votar con pasaporte, podía votar de mil y una formas porque no había un control electrónico. Nosotros consideramos que hasta hondureños pudieron votar. ¿Dónde tenían que votar? En las embajadas. Y ¿quién tiene el control de las embajadas? El Gobierno.
¿Cómo se sitúa Bukele en la pugna geopolítica actual entre el alineamiento con Estados Unidos y ese otro conjunto de países emergentes, algunos de los cuales están gobernados también por autócratas? ¿Has notado algún movimiento de no querer situarse ya en la órbita de los Estados Unidos, sino de los países emergentes, los llamados inicialmente BRICS?
Nosotros sabemos que la alianza con EEUU es muy fuerte. Es un modelo creado por EEUU que les ha resultado muy bien en El Salvador, donde se ha reunido la derecha de Venezuela, la derecha de Argentina, o sea, lo peor de lo peor del capitalismo. Les ha resultado tan bien que van a seguir trabajando y apostando por engañar a ciertos partidos progresistas y de izquierda.

¿Se vislumbra una alternativa política a Nuevas Ideas o tenemos Bukele para rato?
Quizás Bukele para rato. Ellos hablan de un reinado. La familia no va a soltar el poder. Primero porque se han enriquecido en el poder. Bukele tenía su capital de dos millones y ahora es multimillonario. Él y su familia. Los hermanos no son funcionarios, pero manejan gabinetes en el gobierno. Han hecho una apropiación de tierras increíble, empresas en el centro histórico, empresas en la zona cafetalera. El Salvador se ha convertido en la finca de los Bukele.
¿Pero eso no lo vende como que ha botado a las oligarquías vinculadas a los partidos tradicionales? De hecho, ¿las oligarquías tradicionales no están muy resentidas con Bukele?
Bukele no es una nueva oligarquía. Él era un burgués con ánimo de entrar a la oligarquía tradicional. Se ha reunido con las siete familias millonarias del país para que dejaran de apoyar a ARENA y apoyaran a Nuevas Ideas y la misma oligarquía de antes se ha mantenido ahora en Nuevas Ideas.
¿Pasas mucho miedo?
En un principio sí, pero ya no. He sufrido persecución política, mi familia ha tenido que exiliarse, encarcelaron a mi hermano que sufrió torturas… Te tocan tantas cosas en lo personal que llegas a decir, bueno, ya enfrentaste la situación. ¿Tuve miedo? Sí, dejaría de ser humana si no lo hubiese tenido, pero ya no. El miedo se ha roto.
Veo que tienes un colgante en el que pone Jesús. ¿En qué te sostienes?
Sí, soy cristiana. Creo que la fe en Dios ha sido una parte fuerte en mí. Creo también en tanta gente que ha sufrido, con la que me he identificado. Y ser uno de los rostros más visibles en El Salvador desde el 2021 me hace pensar que yo no puedo abandonar la lucha. Cuando vienes de un proceso organizativo y político entiendes que la lucha no es individual, sino colectiva. Hay gente detrás de mí que cree en este proyecto, que tiene esperanza y ya empieza a haber resultados.
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